La unión de la Familia es Sinónimo de Fuerza

Heloise Inhof Heil, de 31 años, sintió mareos y adormecimiento en los miembros superiores, el 2014 y buscó una unidad hospitalar de Brusque (SC). En la consulta fue constatada presión alterada. Entonces fue encaminada a un cardiólogo y tras varios exámenes, el médico percibió una alteración en el sistema renal y la encaminó para un nefrólogo. Según Heloise, el negrólogo la tranquilizó y le dijo que era solamente una “manchita” en el riñón, pues ella no presentaba ningún síntoma que lo dejara preocupado.

El 2017, Heliose tuvo el deseo de ser madre y comenzó a hacer los exámenes en el Hospital Santa Isabel (SC) para tener un embarazo saludable. En uno de los exámenes, nuevamente fue acusado algo diferente relacionado a su sistema renal. De esta vez, en febrero del 2017, el médico diagnosticó una insuficiencia renal. A pesar de que todos los exámenes comprobaran la enfermedad, la paciente no presentaba ningún síntoma al examen físico, sin necesidad de comenzar el tratamiento con hemodiálisis. Sin embargo, en abril, comenzó a retener líquidos y a tener edemas en los miembros inferiores, necesitando realizar hemodiálisis semanalmente.

Heliose siempre estuvo acompañada de su familia y principalmente de su madre. Todos comenzaron una intensa búsqueda por posibles donadores entre los familiares para un trasplante renal. Sorprendentemente, doña Marli, la madre; y la hermana eran compatibles. Doña Marli, con su fe, relata haber realizado varias oraciones relacionadas a la salud de su hija. Heliose, conmovida, dijo que de tanto su madre haber rezado, ella se sentía cada vez más fuerte y con más deseo de aproximarse de la iglesia, de agradecer, pues con tantos acontecimientos desagradables, su familia siempre se mantuvo unida, con pensamiento positivo. Doña Marli y Heloise reforzaron a todo momento la fe que ellas poseen y con eso hizo la diferencia en aquel momento difícil.

Y doña Mari fue la escogida como donadora del riñón, el día 14 de febrero del 2018 sucedió la cirugía. Al llegar en la sala de preparación, madre e hija afirmaron que lo que más les importaba era la unión de la familia y deseaban que en la sala de recuperación se quedaran una al lado de la otra y el deseo fue realizado. Los lechos fueron reservados bien próximos una de la otra en la sala de recuperación y en las salas del bloque quirúrgico.

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